2016
Alba Braza
La Biennal de Mislata Miquel Navarro inicia con la presente edición un nuevo camino que tiene como principales protagonistas a los ciudadanos de Mislata, su espacio urbano y al artista Miquel Navarro, cuyo cariño y reconocimiento a su carrera artística por parte del ayuntamiento de su ciudad natal se muestra a modo de homenaje otorgando a la bienal su nombre.
En esta nueva etapa salimos del cubo blanco, de los espacios tradicionalmente dedicados al arte contemporáneo, e iniciamos una propuesta que no queda a la espera de un público objetivo, sino que se ofrece a los ciudadanos situándose ante ellos, en los lugares de paso que conforman su vida cotidiana, con el manifiesto deseo de formar parte de ella. Reivindicamos la función social del arte contemporáneo con la intención de producir ex profeso diez obras que generen nuevos vínculos en la ciudadanía y otras formas de relaciones sociales que fomenten una mejora entre personas con y en el espacio público.
Este deseo quedaba expuesto en la Convocatoria Premios de Arte Público Mislata 2016, y el jurado, formado por Jose Luis Clemente, David Armengol, el artista homenajeado y por mí como comisaria del proyecto, abogó para que las propuestas finales fueran lo más fiel posible a las premisas publicadas.
El recorrido propuesto trata de conectar en el espacio tres obras del artista Miquel Navarro con rincones de la parte más antigua y desconocida de Mislata para los forasteros. Inicia en la plaza Mayor, continúa por la calle de Nuestra Señora de los Ángeles atravesando el centro (plaza de la Constitución, calle Mayor y barrio de la Morería) hasta llegar al centro sociocultural La Fábrica. Se incluye en dicho trazado edificios como el Ayuntamiento, la Biblioteca Municipal y el Centro Jove El Mercat, como lugares de trabajo e intervención (Pepe Miralles), así como también pasan a serlo los solares (Anja Krakowsi, Daniel Tomás Marquina y Luce), las calles (Luce, Pablo Bellot y Verónica Francés Molina), los jardines (Luce, David Cantarero Tomás), las peluquerías, bares, verdulerías, kioskos y las carnicerías que lo circundan además del espacio que recorre en una jornada de trabajo la Policía Local de Mislata (Fermín Jiménez Landa), incluyendo espacios de la memoria como los antiguos refugios de la Guerra Civil Española, ya desaparecidos (Art al Quadrat).
Conscientes del poder que tiene el arte contemporáneo para crear situaciones insólitas, especiales y mágicas, transformando ambientes cotidianos aparentemente estáticos, optamos por una edición que renuncia a la monumentalidad y al espectáculo para dejar paso al gesto y la sutileza; a la descontexualización y a la creación de situaciones en las que la diversión se mezcla con el conocimiento y el debate. Se tratan cuestiones tan actuales como es la reflexión sobre la imagen, en cuanto su producción y distribución tanto a nivel individual como mediante las nuevas tecnologías, en Bancos de Imagen, de David Cantarero Tomás, y en Pauta: Mislata, de Verónica Francés Molina. La primera obra incluye conceptos como la representación, mímesis y el simulacro mediante la intervención en los bancos públicos situados frente los setos de la calle Manuel Brosseta. Con fotografías impresas sobre lona, que reproducen fielmente la imagen que se contemplaría desde ese preciso lugar, queda anulada su función como mobiliario urbano pasando a ser un banco de imagen, tal y como su propio título indica dando lugar a este juego de palabras. El objeto para contemplar pasa a ser la imagen reproducida. En la segunda obra citada, Verónica Francés Molina pinta de blanco el muro de un solar anunciando que será un muro de imágenes en continuo crecimiento que pertenecen a nuestra vida cotidiana. Para ello invita al público mediante postales que reparte y coloca en diversos lugares de Mislata (Ayuntamiento, casa de juventud…) a enviarle personalmente imágenes por WhatsApp que respondan al mensaje propuesto: ¡Buenos días!, La calle, Haz sonreír a alguien. Un muro que, a diferencia del muro de las redes sociales, está formado por imágenes impresas y encoladas de unas postales que, lejos de querer mostrar enclaves turísticos, reflejan nuestro contexto, intereses, preocupaciones y deseos.
En cada propuesta de la bienal el objeto y el sujeto es siempre Mislata, no sólo en su imagen sino también con su sonido como Espectograma: Mislata, de Edu Comelles. Una intervención mural en la plaza Mayor que convierte en imagen una serie de grabaciones recogidas en Mislata en diversos momentos cercanos a la fecha de inauguración de la bienal. El ruido de los coches, pájaros, campanas, viento, el paisaje sonoro de dicha ciudad, se transforma mediante la técnica del espectograma en imagen, en el nuevo paisaje de la plaza Mayor.
Trabajar con aquello que se escucha o se dice en Mislata es también material de principal de A Robert Mitchum lo arrestaron un miércoles, de Fermín Jiménez Landa. Una obra basada en la trasmisión de una serie de breves historias coleccionadas y contadas por el artista a la policía local y a las personas que regentan peluquerías, bares, verdulerías, kioskos y carnicerías de la zona señalada por la bienal. Breves relatos improbables que pasan como legado a estos colaboradores invitados, ahora también actores. A Robert Mitchum lo arrestaron un miércoles requiere participación y complicidad y genera nuevos vínculos entre personas que posiblemente se conocían, o se habían visto anteriormente, pero que nunca habían compartido historias que sólo ellas conocen.
Contar con la colaboración del “público” para definir cómo será la obra final es algo que si bien está especialmente presente en la obra de Fermín Jiménez Landa y en la de Verónica Francés Molina, también lo está en la de Daniel Tomàs Marquina y en la de Art al Quadrat, las cuales prevén la participación de vecinos que compartan episodios de su memoria.
La veu de les mirades. Llum i narracions col·lectives de la Moreria, de Daniel Tomàs Marquina, es una intervención sobre un solar ya intervenido en las proximidades de la plaza de la Moreria. Su propuesta contempla en cada una de las fases de producción la colaboración y la aceptación de los vecinos del barrio y de las personas están cuidando dicho solar con plantas y arbustos. El artista convoca una merienda invitando a todos los vecinos y vecinas de la morería a asistir y a compartir sus recuerdos y vivencias de dicho lugar. Fernando Alcañiz, vecino con múltiples recuerdos para compartir, será cómplice para iniciar un intercambio de microhistorias íntimas entre los asistentes, relatos que escribirán en el papel de poliéster que posteriormente da lugar a los farolillos que alumbran el solar y que serán grabados en un archivo audio que formará parte de la propuesta final.
Al Refugi!, de Art al Quadrat, requiere asimismo de la memoria de vecinos de Mislata, esta vez se busca personas que vivieron allí durante la Guerra Civil Española y que recuerden haber estado en refugios durante los bombardeos. La búsqueda de sus “actores” ha sido un trabajo de campo centrado en las asociaciones formadas por personas mayores, centros de adultos y parando a mujeres y hombres que paseaban por las calles y cuya franja de edad podía cuadrar con la tanteada. En poco menos de un mes, las artistas han recopilado información para completar uno de los episodios más difíciles de nuestra memoria histórica. Por un lado han identificado un total de once refugios en Mislata y los han mostrado en un mapa situado en una de las paredes donde en su día hubo un refugio; por otro, han transmitido mediante imágenes y las propias palabras de los protagonistas contando cómo vivieron esa nefanda experiencia mostrándolo en un soporte cerámico, como si de placas conmemorativas se tratase.
Así, Al Refugi! muestras los recuerdos desde una memoria que ya casi es olvido, asumiendo el compromiso de mostrarla y transmitirla a las siguientes generaciones.
Proyecto Sida Social / 6.Mislata, de Pepe Miralles, también asume un compromiso específico, el de cuestionar e informar a la ciudadanía cuál es el estado del VIH y del sida en la actualidad, después de más de treinta años de la aparición de esta infección. Para ello activa cinco intervenciones que tienen como objetivo poner a prueba nuestro grado de tolerancia, empatía y conocimiento al respecto. La primera de ellas, Espacio reservado son una serie de acotaciones de espacios, físicamente imposibles, en calles y plazas en las que se indica que está dicho “espacio reservado para que las personas con VIH puedan experimentar que la sociedad no les rechaza” o se trata de un “espacio reservado para que las personas con VIH puedan quedar para conocerse y que les conozcan”. Acotaciones que ponen a prueba a un público cautivo de una obra y una situación que aún provoca controversia. En la segunda, Crónicos del Sida, siguiendo la misma estrategia, el artista interviene sin previo aviso en uno de los programas de Radio Mislata con la lectura del texto “Rock Hudson (o la exagerada pose del astro viril)” ofreciéndolo a unos oyentes que pasan formar parte de nuestro público. Proyecto Sida Social / 6.Mislata también incluye Corresponsables, una serie de reuniones con diversos grupos de jóvenes de Mislata asiduos al Centre Jove el Mercat. Unas reuniones que tienen como punto de inicio compartir amplia información sobre la infección y que continúan con el debate, abriendo un camino sin límite para generar situaciones, actividades y estrategias para transmitir lo vivido a sus iguales. El poder de las palabras reúne en la Biblioteca Municipal toda la bibliografía allí disponible en la que se trata el VIH y el sida directa o transversalmente. Sobre una mesa se disponen los libros apilados y un papel en blanco en el que el artista va dibujando palabras que allí se encuentran, dedicando un tiempo lento y de reflexión compartida con los usuarios de la biblioteca. La quinta y última instalación, Fingido Rojo, también ocupa una institución pública, se trata de un manto rojo situado en uno de los pilares de la puerta del Ayuntamiento y formado por centenares de lazos rojos símbolo internacional creado para mostrar públicamente la solidaridad con las víctimas del VIH y del sida. La instalación tiene como objetivo poner en tensión la conciencia solidaria de quien llevando un lazo rojo siente incomodidad ante Espacio reservado, Crónicos del Sida, El poder de las palabras o Corresponsables, y subrayar el papel de las políticas y de la educación como principales agentes con capacidad para contribuir a un futuro mejor.
Contingencia, de Anja Krakowsi, también parte de las consecuencias de las políticas. Partiendo de diversos estudios demográficos sobre Mislata, la artista elige intervenir en un solar para hablar del escaso suelo de propiedad pública que ha quedado en la ciudad como herencia del Plan Sur. Los numerosos solares sin construir, y sin uso, no pueden ser usados por las instituciones con una finalidad de uso público. Así, Contingencia, sitúa las palabras Solar y Power en el muro del solar haciendo un juego de las palabras en inglés, que juntas significan energía solar, pero que aquí, de forma separada y contextualizada adquieren la doble lectura del poder del solar. Durante el día la palabra Solar queda especialmente visible, mientras que Power resulta de difícil lectura ya que las letras están situadas dentro de unas cajas negras, en las cuales gracias a leds de energía solar, se iluminan durante la noche.
Aquí la luz es un elemento clave en Contingencia, como también lo es en La veu de les mirades. Llum i narracions col·lectives de la Moreria, y en Festejo acto de comunicación n.11, de Pablo Bellot. Mientras que en las dos primeras obras citadas se opta por luz solar, Pablo Bellot selecciona la luz eléctrica para reforzar la técnica elegida, luces de fiesta, tres arcadas de luces compuestas por bombillas que completan la frase “Agotados de esperar el fin”. La frase, título del segundo álbum de Ilegales, 1984, y estribillo de una de sus canciones, es toda una celebración del fin del estado de bienestar. Un grito punk que usa el lenguaje de la fiesta para remarcar la desesperanza ante un sin futuro, reivindicando el derecho a la queja y al malestar como estado. Festejo acto de comunicación n.11 es un mensaje contundente con una dulce y falsa apariencia que modifica la calle Mayor invitando a la reflexión y a un pensamiento crítico ante nuestra realidad.
Luce interviene en distintos puntos del itinerario de la bienal. Sus propuestas juegan, y descontextualizan elementos del mobiliario urbano. Durante el mes que ha tenido a disposición para la producción de su obra, el artista ha entrado en solares para recuperar pelotas encaladas y perdidas que ha ofrecido devolver a sus propietarios mediante anuncios en redes sociales. El balcón de los balones perdidos está formado por todas aquellas pelotas sin dueño encaladas, con la ayuda de los niños que cada día pasan al salir de esa escuela, en un balcón próximo al Ayuntamiento. Una vez inaugurada la bienal, éste sigue siendo un lugar de juego para niños y niñas ya que pueden disponer de ellas con el manifiesto deseo del artista que una vez acabada la partida, vuelvan a su lugar.
Otras tres intervenciones se sitúan en la calle Nuestra Señora de los Ángeles. Camuflar, en el número 31, es una marioneta colocada en un poste sin uso mimetizado en la pared por estar pintado del mismo color. La marioneta, del mismo color del muro y el poste, está a disposición de las personas que deseen jugar, pues los hilos que mueven los brazos de nuestro personaje cuelgan libremente. Escultura variable, en el número 48, usa de nuevo el poste de una señal de tráfico, pero esta vez el artista elige una vigente. La desmonta y coloca piezas de madera móviles, finalmente la deja en su estado original, ofreciendo un ornamento que cambiará según la interacción de los vecinos. Alterar un muro, en el número 49, introduce otro elemento de fantasía en el mismo muro del solar. Usando bloques de cemento similares a los usados en el muro, crea una almena de un castillo imposible.
Finalmente, Pisar, en la plaza Conde de Aranda, descontextualiza la valla que rodea el olivo de la plaza. Desatornilla cada una de las partes para volver ensamblar y fijarlas formando un trapecio muy cerca de su lugar de origen, sin ánimo de esconder lo extraño de su acción.
Las intervenciones de Luce son una invitación a relacionarnos durante el mes que dura la bienal de un modo diferente con el mobiliario urbano de Mislata, una invitación que provocará tanta extrañeza como sonrisas, permitiéndonos soñar por unos instantes que podemos vivir la ciudad con otras perspectivas y objetivos, que quizás pueden resultar menos prácticos, pero que colaboran a que continuemos sonriendo cada día.
Las obras de la Biennal de Mislata Miquel Navarro 2016 ya están en la calle, expuestas a todas las desavenencias propias de trabajar en el espacio público. La lluvia, el viento y el paso del tiempo interactuarán del mismo modo que lo harán los vecinos, amantes y escépticos de la propuesta. Pero el camino ya está iniciado, podemos contar que las obras de la primera edición interactuaron, modificaron, descontextualizaron, invitaron a la reflexión, escribieron historias e Historia, informaron e interpretaron con una visión crítica, fueron colaborativas y tuvieron el deseo de contribuir a mejorar el espacio en el que trabajaron, la ciudad de Mislata.